IDENTIDAD DEL BARRIO
Se oyeron, a lo lejos, las balas atravesando su pecho. Caía al piso,
mientras su vida le pasaba, como estrella fugaz, frente a sus ojos. Se acordaba
–o al menos eso parecía- de los desayunos en familia, del anterior partido de
la tricolor, de las reuniones a las que no quería ir. Todo pasaba frente a sus
ojos, sin él poder hacer nada.
Empezó, casi a punto de tocar el piso, a recordar cómo pasó todo. Se
vio a sí mismo en su cuarto, escuchado música a todo volumen, esperando
órdenes. Estaba inquieto, con la respiración agitada, sin poder mover casi
ningún músculo. La pandilla había sido muy clara: esa noche iba a haber un
enfrentamiento entre los hinchas de Santafé y Millonarios. Estaba claro que su
pandilla no iba a ceder, por lo que buscaron cualquier método para ganar.
Ya tocando el piso, quiso -pero no pudo- olvidar lo que pasó
después. La pandilla había ordenado matar toda la gente que fuera posible. Era
una prueba para demostrar que tan identificados se sentían con su barrio, y
claramente, aquel que matara más, sería el ganador. ¿Valía la pena sacrificar
la vida de uno para sentirse identificado con algún lugar?
Al parecer, era importante demostrar que tanto se era capaz de hacer
por y para el barrio. Ya echado en el suelo, quedándole pocos minutos de vida,
quiso – y esta vez sí pudo- reflexionar. Comenzó a pensar en su identidad, en
si su ubicación o el lugar que nació importaban para desarrollarla. Cayó en
cuenta que, por una parte, no, que lo que en verdad importaba era la educación
que se impartía; mientras que, por otra parte, pensó que si podría importar
debido a la cultura del lugar. Se sintió afortunado de haber nacido en donde
nació, pero arrepentido con sus padres, de todas las veces que los contradijo,
de todas esas veces que le recomendaron no llegar tarde a casa ¿Era justo que
vieran el cuerpo de su hijo tirado en el pavimento, todo por proteger la
identidad de su barrio?
Reflexión:
El anterior texto, nos
invita a pensar acerca de nuestro papel en la tierra. La identidad marca un
asunto trascendental en la configuración del ser humano y en su formación
integral. Esta identidad continuamente la vamos trabajando, cultivando y
renovando, teniendo en cuenta las experiencias vividas y las etapas formativas
que se van alcanzando poco a poco a lo largo del camino. La identidad es algo
dinámico, que se empieza a establecer desde nuestra familia y permea las demás
esferas sociales en las cuales estamos involucrados; y es algo que trasciende
lo territorial y espacial hacia confines subjetivos dentro de la configuración
socioemocional del ser humano.

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